¿Estáis preparando vuestra próxima escapada por Europa? Dejadme que os eche un cable. Y es que, si bien es imprescindible que viajéis con la Tarjeta Sanitaria Europea, es importante que tengáis en cuenta que esta tiene sus limitaciones. Además, para viajar bien asegurados, os recomiendo encarecidamente que os hagáis con el mejor seguro de viaje posible. A continuación os cuento todo lo que necesitáis saber para ahorraros dolores de cabeza (y de bolsillo) en vuestra próxima aventura por el Viejo Continente.
Vamos por partes. Antes de nada, os voy a explicar detenidamente qué es la TSE y por qué necesitáis haceros con ella. Os cuento: la Tarjeta Sanitaria Europea (TSE) es un documento gratuito que os da derecho a recibir asistencia médica pública en la Unión Europea, Islandia, Liechtenstein, Suiza y Noruega en las mismas condiciones y al mismo coste que los nacionales de los Estados miembros de la UE.
De tal forma que, si viajáis a Bélgica, podréis ir a un hospital público y recibir atención sanitaria en las mismas condiciones que un belga, y si vais a Finlandia os atenderán igual que a un finés. Entonces, ¿cuál es el problema? Pues que si ellos pagan algo por la consulta o hay un copago, vosotros también. Y es que, a día de hoy, la mayoría de los países de la Unión Europea aplican algún tipo de copago, incluso para la atención de urgencias. Por tanto, la TSE no asegura servicios completamente gratuitos.
Por otro lado, la Tarjeta Sanitaria Europea tiene sus limitaciones. En primer lugar, no podréis acceder a asistencia médica en clínicas privadas, que en algunos países europeos es de mejor calidad. Además, no incluye costes como el vuelo de regreso a vuestro país de origen, un rescate en la montaña, la pérdida o robo de equipaje, la repatriación o posibles accidentes practicando deportes.
Entonces, ¿es suficiente llevar la Tarjeta Sanitaria Europea para viajar por Europa? Dejadme que sea rotundo: NO. Y no lo digo yo, sino la propia Unión Europea: “La tarjeta sanitaria europea no es una alternativa al seguro de viaje”. Y os lo digo por experiencia: viajar con la TSE es un sí rotundo, pero también lo es hacerlo con el mejor seguro posible.
Como os explicaba antes, aunque la TSE sea muy útil en Europa, su alcance es limitado:
Entonces Pablo, ¿qué nos recomiendas? Pues lo tengo claro al 100%. Opta SIEMPRE por llevar las dos cosas: la Tarjeta Sanitaria Europea y un buen seguro de viaje. La Tarjeta Sanitaria Europea es un recurso imprescindible para cualquiera que viva en un país miembro y quiera viajar por Europa, pues te proporciona una asistencia básica en caso de emergencia. Sin embargo, sus limitaciones son claras y es muy recomendable complementarla con un seguro de viaje que cubra esos gastos que la TSE no contempla, incluyendo la repatriación, la atención en clínicas privadas y otros imprevistos. Al fi nal, viajar con la tranquilidad de tener un respaldo ante cualquier problema de salud o contratiempo no tiene precio. Y recuerda: más vale prevenir que curar. ¡Feliz viaje!
Pablo Barreda es fundador de Qué ver de viaje,
un blog especializado en escapadas urbanas por España y Europa. Apasionado del turismo y la comunicación, combina su experiencia en derecho y economía con más de seis años de trabajo como redactor y editor de viajes. Ha recorrido más de 40 países, pero siempre defiende que los destinos más espectaculares pueden estar más cerca de lo que pensamos.