De Italia a Francia, obviamente sin olvidar España: ¿qué mejor que un fin de semana dedicado a los placeres de Baco, descubriendo las tradiciones vinícolas más famosas del Viejo Continente?
El turismo del vino o enoturismo es una modalidad de viaje que gira en torno a la cultura vinícola: visitas a bodegas, catas, recorridos por viñedos, alojamiento en entornos rurales y actividades gastronómicas. En Europa, donde las tradiciones vinícolas están profundamente arraigadas, se ha convertido en un tipo de escapada ideal para parejas, grupos de amigos y amantes del buen vivir.
Se ha consolidado como una de las formas más auténticas y enriquecedoras de viajar. Ya sea recorriendo los viñedos centenarios de La Rioja, los castillos de Burdeos o las colinas de la Toscana.
En esta guía te mostramos las rutas del vino imprescindibles de España, Francia e Italia, junto con consejos útiles para organizar tu viaje. Y recuerda: si planeas salir de tu provincia o país, contrata un seguro de viaje HOLINS. Así podrás disfrutar con total tranquilidad, sabiendo que tienes asistencia y cobertura ante cualquier imprevisto.
España es un país con una riqueza vinícola excepcional, donde cada región ofrece una experiencia única en torno al vino. Estas son algunas de las rutas más emblemáticas:
Probablemente la región vinícola más conocida de España, La Rioja es un destino imprescindible para cualquier amante del enoturismo. Su combinación de bodegas tradicionales y arquitectura vanguardista, como la de Marqués de Riscal, la convierten en una ruta completa y visualmente inolvidable.
Situada en el noreste del país, a orillas del río Ebro, puede presumir de varios siglos de historia: la impresionante producción de vino comenzó en el siglo XIX, cuando los enólogos franceses, para escapar de la epidemia de peste, cruzaron los Pirineos y se instalaron en esta misma área.
Tierra de tintos robustos y paisajes mesetarios, la Ribera del Duero se extiende a lo largo del río Duero en Castilla y León. Bodegas de renombre conviven con pequeños productores familiares.
A pocos kilómetros de Barcelona, el Penedès es el corazón del Cava. Esta ruta destaca por su equilibrio entre tradición, sostenibilidad y diseño.
Cuna del Albariño, esta ruta en el noroeste de España combina la frescura del vino blanco con el sabor del mar y el verdor gallego.
Los vinos generosos de Jerez —Fino, Amontillado, Oloroso— forman parte del alma andaluza. Esta ruta es ideal para quienes buscan una experiencia enoturística singular.
Italia une patrimonio, gastronomía y pasión vinícola en cada región. El enoturismo aquí se vive a fuego lento, con alma mediterránea. Italia es por excelencia uno de los polos indiscutibles de atracción del enoturismo: de norte a sur, en términos de comida y vino.
La imagen más icónica del enoturismo europeo. Colinas onduladas, pueblos medievales, cipreses y vinos robustos.
Famoso por vinos nobles como el Barolo y el Barbaresco, esta región del norte italiano es ideal para el otoño.
Aquí nace el Prosecco, el espumoso más exportado del mundo. La zona de Valdobbiadene y Conegliano es Patrimonio de la Humanidad.
Francia es un referente mundial del vino. Sus regiones vitivinícolas ofrecen rutas bien organizadas, pueblos con encanto y una tradición enológica milenaria.
Una de las regiones más prestigiosas del mundo. El entorno, los castillos y la riqueza de sus denominaciones hacen de esta ruta un clásico.
En el este de Francia, junto a la frontera alemana, la Ruta del Vino de Alsacia es perfecta para los amantes del blanco, los pueblos de cuento y los paisajes florales.
Región de vinos elegantes, Borgoña ofrece una experiencia enológica refinada. Ideal para viajeros con perfil gourmet.
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Aunque las rutas del vino suelen parecer viajes tranquilos, no están exentos de imprevistos: cancelaciones de última hora, problemas de salud, pérdida de equipaje o incidencias en desplazamientos.
El enoturismo en Europa es una forma de viajar distinta: conecta el paladar con el paisaje, y el descanso con la cultura. Ya sea que elijas la Ruta del Vino de La Rioja, la elegancia de Burdeos o los paisajes idílicos de la Toscana, lo importante es vivir la experiencia con los cinco sentidos.